Clases 5 y 6 de mayo

En esta semana se hizo un repaso de cada momento de la duda y a donde se dirige el ataque de cada momento


Al realizar la lectura de la primera meditación vemos que el primer momento la duda se dirige hacia aquellos objetos que se presentan mediante los sentidos de manera engañosa. Estos objetos podrían ser aquellos considerados "lejanos", pero cuando nos referimos a estos objetos de esta menera debemos hacer una distinción: no solamente nos referimos a los que efectivamente se encuentran "lejos" y por eso es dificil distinguirlos por medio de los sentidos, sino también a aquellos objetos que aún "cerca" de nosotros no se presentan de manera clara a los sentidos. Tómese como ejemplo de esto aquellos objetos de experiencia que son demasiado pequeños o confusos a la vista como para poder distinguirlos claramente. Los sentidos aún pueden decirnos algo acerca del mundo pero debemos tener cuidado a la hora de juzgar algo ya que en algunas ocaciones pueden engañarnos.

Siguiendo la lectura encontramos un nuevo argumento, este va dirigido a los objetos "cercanos", cuando nos referimos a estos objetos de experiencia como "cercanos" nos referimos a aquellas situaciones en las cuale sería imposible dudar que tal cosa se da a los sentidos; un ejemplo claro de esto sería "estoy aquí frente a ustedes hablandoles de filosofía", es una situación de la cual no podría dudar a menos que esté loco.... o si considero la posibilidad de que en realidad esté soñando. Por esto a este argumento se le llama el argumento del sueño.

Aquí se pierde por completo la referencia al mundo, ya que nada de mi experiencia puede afirmarme que no estoy soñando, ya que si de hecho estuviera soñando no sabría que lo estoy. Basicamente lo que plantea este argumento es que las experiencias del sueño y de la vigilia son identicas y por eso no se puede diferenciar un estado de otro, y por lo tanto si no puedo saber soñando no puedo decir que en este momento sé algo acerca del mundo que me rodea.


El tercer momento de la duda va dirgido hacia lo complejo, da como ejemplo los cuadros de los pintores y plantea que las formas que imaginamos en sueños son como las formas que crean los pintores, las cuales podrían no existir. Como no podemos saber si soñamos o no, tampoco podemos saber si todos esos objetos complejos que se nos presentan son reales o solo fruto de nuestra imaginación, pero aún hay algo real en ellos y son las partes que los componen, por ejemplo en el caso de los pintores aún los colores deberían ser reales y no imaginados, por tanto aún hay cosas que podrían no ser fruto de la imaginación ficticia y por tanto verdaderas.

Las matemáticas y fundamentalmente sus principios son simples por tanto siguen siendo ciertas este o no soñando, pero la duda aún no se detiene por ello el último momento de la duda irá dirigido hacia la razón humana, a las leyes de la razón. Descartes plantea una hipótesis en la cual considera que puede ser que se equivoque hasta en los cálculos más simples, introduce a un genio malingo que lo engaña todo el tiempo y del cual no puede escapar.


En este último momento de la duda ya no es posible conocer nada acerca del mundo ya que aún no se si sueño o no, y tampoco puedo confiar en las matemáticas porque podría suceder que ahora mismo yo me esté equivocando y todos mis calculos sean errados. El genio maligno es la posibilidad constante del error, es un ataque directo a la razón humana, ya no es posible confiar ni en los sentidos ni en los razonamientos.